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¿La inspiración nace o se hace?

Una pregunta muy clásica que suele hacerse a artistas, creadores, autores, artesanos sin más que trabajan a partir de un algo. Algo abstracto.


Parece haber quedado firmemente establecida una opinión universal: la de que existe una especie de mágica fuente de ideas que los creadores saben cómo hacer fluir. Y no van muy desencaminados, la verdad. Pero no es todo tan sencillo.


Dime: ¿dónde nace la fantasía?

¿Es en el corazón o en la cabeza?

¿Cómo empieza a alentar, como se nutre?

Contéstame, contéstame.

(Shakespeare)


El creador suele contestar: "en mi cabeza". Pero esta contestación no le sienta bien a casi nadie.


Más o menos cuando una idea resulta particularmente atractiva y se piensa que se puede sacar algún partido de ella, se estudia, se le da mil vueltas, se trabaja, se templa y se le va dando forma gradualmente. Entonces, no hay otra manera que ponerse manos a la obra. El asunto no es nada divertido (o sí) pues implica un arduo trabajo.


Otra manera es guardar dicha idea y mantenerla oculta hasta que es el momento idóneo. Transcurridos unas semanas o años (a mi personalmente, esto no me ha pasado. Soy algo impaciente)


Entonces ¿la inspiración nace o se hace? Pues se hace señores. Abres los ojos y estas atento a todo lo que te rodea.


Yo misma englobo la inspiración en dos grupos: la ilimitada como puede ser la naturaleza misma (que "no se agota" porque hasta donde yo sé siempre ha estado ahí) y la escasa como la moda, la pintura, la escultura... que bien es cierto que escaso propiamente dicho no es, pero se retroalimenta de sí misma.


Me explico: si los pintores, diseñadores, ceramistas, cocineros, etc pararan de crear cada uno en sus ámbitos, no habría manera de disfrutar, de seguir creando puesto que sirve como inspiración a otros muchos creadores. Ya sea de su mismo arte o no.


A mi me inspira un color, una textura, una forma, un plato de comida,no los míos, pochos y sin decorar, si no los de las revistas. Un cielo azul, una amanecer o atardecer, las estrellas, un tejido... y así infinitamente.


No es que se haga copia de algo en concreto, es ese sentimiento divino que entra por el cuerpo de querer CREAR, así en mayúsculas.


Luego claro está, hay que conocerse muy bien a uno mismo. Su potencial, sus habilidades, sus limitaciones, su pasión y las ganas de querer hacer algo de la nada en base a todos estos "datos". Siendo ese producto una máxima expresión de sí mismo.


Así que básicamente la inspiración se hace. Sin duda, se hace. A lo mejor un día se enciende una bombilla, casualmente. Pero para llevarla a cabo y mantenerla encendida hace falta ese arduo trabajo que debe haber detrás.


Así que si tienes curiosidad por eso de la inspiración y quieres aprender a trabajarla, la app Pinterest es lo más (para los más vagos) La lectura, la práctica de la fotografía, revistas y libros dedicados a un arte en concreto pueden ser tus aliados perfectamente.


Después de tener todo este batiburrilo trabajado puedes crear moodboards o tableros de inspiración que son muy útiles a la hora de extraer tu idea, tus ganas o tu pasión por algo.


Hay aplicaciones muy chulas para crearlos, como por ejemplo Adobe Spark para PC que la descubrí hace poquito o simplemente una hoja en blanco donde poder pegar recortes de revistas, plasmar frases de libros o notas mentales que te inspiren y no te dejen caer en un aburrimiento oscuro. Por dios no, qué vida tan aburrida esa.


Moodboard hecho con Adobe Spark e imágenes de Pinterest.


Moodboard hecho por mí a partir de revistas de moda o de cocina.


¿Cuál os gusta más? Y tu ahora... ¿vas a hacer tu inspiración?



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